Al igual
que para el viernes, este fin de semana se nos pueden presentar situaciones que
a primera vista parecen una piedra en el zapato pero que terminan siendo el
impulso que necesitamos para mejorar. Lo importante en estos casos es estar
pendiente de las señales para poder aprovechar las circunstancias.
Siguen activas la cuadratura de Marte Urano y el sextil Neptuno Plutón, y nosotros prudentes y precavidos.
El sábado continúan las celebraciones a San Juan, a él se le pide que te ayude a conseguir lo que sea, si está en su haber ayudarte lo hará.
Nos dejó dicho Jesús de su primo: 'Entre los nacidos de mujer, nadie más grande que Juan Bautista'. Mientras que Juan Bautista refiriéndose a Jesús: 'Él conviene que crezca, y yo que disminuya', lo que coincide con los solsticios en el hemisferio norte. Con el de verano empieza la declinación del ciclo anual, es tiempo de hombres y con el del invierno se inicia el año nuevo y se abre la Puerta de los Dioses. Es cuando llega el Espíritu de la Navidad.
A Juan se lo celebra el 24 de junio y a Jesús el 24 de diciembre, tres
días después de cada inicio de estación. Una celebración del todo diferente
porque, al igual que con Jesús, se celebra la fecha del nacimiento, cuando el “dies
natalis” de los santos siempre es el de su muerte.
Puedes mantenerle prendida una velita (con las previsiones del caso para evitar incendios o accidentes) y expresarle tres veces tu petición, tres veces en el día, la última vez antes de apagarla al atardecer. La vela debes encenderla con un fósforo de madera (o en su defecto un palito) y apagarla sin soplar (yo uso una copita de bronce).
El domingo se ve de amores locos y declaraciones o pedidas de mano originales, en el que habrá quienes sentirán ganas de probar sensaciones que no hayan sentido antes y otros tendrán el poder de manifestación más alto que nunca.
Es un día de esos en los que se nos hace más fácil encontrar lo extraviado y es más efectivo visualizarnos recuperando lo perdido.
Susana Colucci
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